DIARIO DE UN PERRO

    Esto que parece un cuento, es más REAL de lo que quisiéramos, ocurre muy a menudo. Todavía hay seres irresponsables que piensan que el perro es un juguete, olvidándose que es un ser vivo que siente y padece.

Nuestra misión es evitar el fin de animales como el del cuento.

LEEDLO CON ATENCIÓN


DIARIO DE UN PERRO
Por Ruth Icazbalceta Ormond, Morelia Michoacán, México.



El diario de un perro, no es sobre mi mascota; sin embargo si es la vida de muchos perros desafortunados que fueron comprados en un momento de capricho o sin pensar, por dueños irresponsables que no se interesan en su mascota, ni se tientan el corazón en echar a un animal a la calle. Tal vez no se han puesto a pensar todo lo que pasara ese pobre animal.

Este cuento es lo que “esos perros” nos platicarían, si pudieran hablar. Esta dedicado a ellos, tratando de sensibilizar a sus dueños.

1ª Semana.- Hoy cumplí una semana de nacido.... ¡que alegría haber llegado a este mundo!

1 Mes.- MI mamá me cuida muy bien. Es una Mama ejemplar.

2 Meses.- Hoy me separaron de mi mama. Ella estaba muy inquieta, y con sus ojos me dijo adiós, esperando que mi nueva “familia humana” me cuidara también como ella

4 Meses.- He crecido rápido, todo me llama la atención, hay varios niños en la casa que para mí son mis “hermanitos”. Somos muy inquietos, ellos me jalan la cola y yo loe muerdo jugando.

5 Meses.- Hoy me regañaron. Mi ama se molesto porque me hice “pipi” dentro de la casa; pero nunca me han enseñado donde debo hacerlo. Además duermo en la recamara, ¡Ya no me Aguantaba!

8 Meses.- Soy un perro feliz. Tengo el calor de un hogar, me siento tan seguro; tan protegido. Creo que mi familia humana me quiere y me consiente mucho. Cuando están comiendo me convidan. El patio es para mi solito y me doy vuelo escarbando como mis antepasados los lobos, cuando esconden su comida. Nunca me educan, ha de estar bien todo lo que hago.

12 Meses.- Hoy cumplí un año. Soy un perro adulto. Mis amos dicen que crecí mucho mas de lo que ellos pensaban, que orgullosos se deben sentir de mí.

13 Meses.- Que mal me sentí hoy mi “hermanito” me quito la pelota. Yo nunca le agarro sus juguetes. Así que se la quite. Pero mis mandíbulas se han hechos muy fuertes, así que lo lastime sin querer. Después del susto, me encadenaron, casi sin poder mover, al royo del sol. Dicen que van a tenerme en observación y que soy un ingrato. No entiendo nada de lo que pasa.

15 Meses.- ya nada es igual... vivo en la azotea. Me siento muy solo... mi familia ya no me quiere. A veces se les olvida que tengo hambre y sed. Cuando llueve no tengo un techo que me cobije.

16 Meses.- Hoy me bajaron de la azotea. De seguro mi familia me perdono. Yo me puse tan contento, que daba saltos de gusto. Mmi rabo parecía rehilete. Encima de eso, me van a llevar con ellos de paseo. Nos enfilamos hacia la carretera y de repente se pararon. Abrieron la puerta y yo me baje feliz, creyendo que haríamos nuestro día de campo. No comprendo por que cerraron la puerta y se fueron.
“¿ Oigan esperen? Ladre.. Se olvidan de mí.
Corrí detrás del coche con toda mis fuerzas. Mi angustia crecía al darme cuenta que casi me desvanecía y ellos no se detendrían. Me habían abandonado.

17 Meses.- He tratado en vano de buscar el camino de regreso a casa, me siento y estoy perdido. En mi sendero hay gente de buen corazón y me ve con tristeza y me dan algo de comer. Yo les agradezco con mi mirada desde el fondo de mi alma. Yo quisiera que me adoptaran y seria leal como ninguno. Pero solo dicen “ pobre perrito” se ha de haber perdido.

18 Meses.- El otro día pase por una escuela y vi muchos niños y jovencitos con mis “hermanitos”.
Me acerqué, y un grupo de ellos, riéndose, me lanzaron una lluvia de piedras “a ver quien tenia mejor tino”. Una de esas piedras me lastimo un ojo y desde entonces ya no veo con el.

19 Meses.- Parece mentira, cuando estaba más bonito se compadecían de mí. Ya estoy muy flaco; mi aspecto ha cambiado. Perdí mi ojo y la gente mas bien me saca a escobazos cuando pretendo echarme en una pequeña sombra.

20 Meses.- Casi no puedo moverme. Hoy, al tratar de cruzar la calle por donde pasan muchos coches, uno me arrollo. Según yo estaba en un lugar seguro llamado “cuneta”, pero nunca olvidare la mirada de satisfacción del conductor que hasta se ladeo con tal de centrarme. Ojalá me hubiera matado, pero solo me disloco la cadera. El dolor es terrible, mis patas traseras no me responden y con dificultades me arrastres hacia un poco de hierba a la ladera del camino.

Tengo 10 días bajo el sol, la lluvia, el frió, sin comer. Ya no me puedo mover. El dolor es insoportable. Me siento muy mal; quede en un lugar húmedo y parece que mi pelo se esta cayendo. Alguna gente pasa y no me ve; otras dicen “No te cerques”.

Ya casi estoy inconsciente; pero alguna fuerza extraña, me hizo abrir los ojos. La dulzura de su voz me hizo reaccionar. “Pobre perrito, mira como te han dejado”, decía... Junto con ella venia un señor con bata blanca, empezó a tocarme y dijo: “ Lo siento señora, este perro yo no tiene remedio, es mejor que deje de sufrir”. A la gentil dama se le salieron las lagrimas y asintió. Como pude, moví mi rabo y la mire agradeciéndole que me ayudara a descansar. Solo sentí el piquete de la inyección y me dormí para siempre pensando porque tuve que nacer si nadie me quería.

La solución no es echar al perro a la calle, si no educarlo. No convierta en problema, una grata compañía

Si conoces algún caso de abandono, no dejes que llegue a ocurrir esto, Avisa a

C.A.P.A.B.

Centro de Adopción y Protección de Animales del Besaya

o a cualquier protectora de tu ciudad

 

 

 

 

PAGINA PRINCIPAL